...cuestionando la falsedad ...
...cuestionando la falsedad ...
¡Cuántas veces acontece que una joven de corazón sensible y sin experiencia de los ardides de la seducción, por tener la debilidad de creer en- la mentira, destruye su porvenir y su felicidad para todo el resto de su vida! En otras circunstancias hubiera sido virtuosa, útil, feliz. Su corazón fué engañado por falsas promesas de amor, se dejó ganar por falsas promesas de felicidad y futuras dichas, si asentía al matrimonio; y después, pero ya tarde, descubre que su marido es un miserable, y con el corazón despedazado, se ve abandonada a la indiferencia de un mundo egoísta.
No importa que muchos corazones como el suyo se vean desolados por el mismo error; de nada sirve la sinceridad, la ingenuidad o la juventud; ella creyó sinceramente en la falsedad, de ahí la causa de su ruina. Nada en el cielo ni en la tierra puede desviar estas consecuencias. Si ella hubiese dudado, habría sido salva. Creyó, y quedó condenada a un dolor que la acompañará hasta el sepulcro.
En segundo lugar, «la creencia en la mentira relativa. mente a las cosas espirituales, destruye los intereses espirituales del hombre.»
Es un hecho indiscutible que todo el mundo pagano, antiguo o moderno, ha creído y adorado como dioses a seres profanos. Ahora bien; por la necesidad de las cosas, según queda demostrado en la Introducción, el adorador se asimila gradualmente al objeto adorado. A consecuencia de creer en la falsedad relativamente al carácter de Dios, todo el paganismo se halla a la hora presente sumido en la ignorancia, la impureza y el crimen. Así como una masa corrompida esparce el contagio y la muerte entre los que se le aproximan, del mismo modo la adoración de seres no santos mancha el alnla y derrama la corrupción por el mundo.
Puede un hombre meter carbones encendidos en el seno sin quemarse? Tampoco puede el alma ponerse en contacto con seres tenidos por impuros y no corromperse. El hecho es tan sencillo que no ea menester describir de nuevo las impurezas, los vicios, las torturas, los suicidios, las afecciones antinaturales del mundo pagano, para demostrar los terribles males que de la creencia en la falsedad con respecto a cosas espirituales resultan, así para el cuerpo como para el alma. Es obvio para todos que, si los paganos creyeran en un Dios santo y benéfico, cesarían sus ritos crueles y abominables. Resulta, por tanto, que la creencia en la falsedad es lo que produce su ignorancia y corrupción.
"Filosofía del plan de Salvación" ...
