A medida que he crecido en mi vida, siempre las cosas azules eran para los niños y las rosadas para las niñas. Sin importar que a algunas niñas le guste el azulo que un niño quisiera vestir de rosa…

Por suerte, cuando pasé por la universidad y luego salí, las “cosas para hombres” y las “cosas para mujeres” dejaron de ser algo tan encasillado, ¿cierto?