La niña recibió con felicidad su muñeca. No era muy bonita pero le agradaba. Incluso dormía con su muñeca de trapo.

Todo iba bien, hasta que empezaron las primeras travesuras, y la niña culpaba a la muñeca. Poco después la niña aseguraba que su muñeca le hablaba, que la atacaba y que por eso, ya no la quería consigo.
Lo primero que hizo su mamá fue sacar a la muñeca del cuarto de la niña, pero ésta regresaba y amanecía en la cama de la niña. Al poco tiempo empezaron a notar arañones y moratones en la niña, y al culpar ésta a su muñeca, decidieron tirarla.
Sin embargo, nada cambió. Un par de días después, durante la noche, la muñeca volvió al cuarto de la niña.

Esto ya parecía serio, así que llamaron a un grupo de oración para que intentarán exorcizar al juguete.