Cuando nace el amor

[wenkou]

Aqui continua...

CAPITULO V PARTE II

Al entrar al cuarto Seiya tomo una guitarra, la música era una de sus pasiones, no quería ser cantante o estrella de rock, pero al menos le ayudaba a desahogar el alma, la melodía fue tenue, a Serena que estaba fuera del salón de música le llego la melodía e hizo que su piel se erizara.

Pasa la angustia tan cerca de mí, cuando de aquí te alejas, se que el insomnio sigue por ahí esperando que intente dormir, Me quedado solo y así no planeaba vivir, me quedado solo y sin ti es tan fácil volverse loco.

Estoy tocando fondo me niego a estar sin ti, te tengo que recuperar o de una vez dejarte ir, Estoy tocando fondo me duele hablar de ti, no quiero disimular el resto de mi vida.

Para ese momento de la canción Serena estaba sentada en el suelo, sintió el dolor de la voz de Seiya, se escuchaba ese grito desgarrador del alma, Serena no era experta en el amor, pero había leído un sinfín de libros de amor

Vuelve la angustia hablarme de ti cuando de aquí te alejas…

Pero de momento se escucho el sonar de la guitarra sobre los platos y un gemido con mucho dolor, eso era al que Serena temía, la rabia que dormía dentro de ese chico, no sabía que había sucedido en realidad, pero al parecer a él le dolía demasiado, como un chico como él podía sufrir de esa manera.

Se puso de pie y no se percato que la puerta se abría, así que de momento vio un cuerpo parado frente a ella, se irguió lentamente y poco a poco vio los ojos de Seiya fijos en ella.

-yo… -intento decir Serena, pero la mirada se perdió en la nada, el cuerpo de Seiya como automático siguió caminando y no dijo nada, a Serena le temblaban las piernas, pero no dijo nada mas, después de verlo desaparecer, corrió a su recamara y se envolvió en las sabanas, no quería volverse una espía, pero quería averiguar mas y mas, aunque mañana seria fin de sema, Mina le había invitado a comer un helado, pero ahora no sabía si ir, Seiya le había visto espiándolo.

Las noches llegan en todos los lugares, también llegan a las casa de los millonarios, los recién casados de una de las familias más conocidas en la ciudad habían llegado de su luna de miel, aunque al parecer la luna de miel había sido demasiado corta.

-¡déjame! –grito la chica con un grito desgarrador.

-¡eres una zorra! –con un fuerte golpe el joven esposo la había lanzado al suelo, ella quedo allí a los pies de la cama llorando, su cabellos cubría sus lagrimas y el hilo de sangre de su labio que el golpe le provoco.

-eres un canalla –grito ella ya con una voz apagada.

-era solo mi dinero, que ironía, amar mi dinero y no a mi –dijo este y salió de la habitación.

Michiru camino hacia el buro, le dolía la mejía el golpe había sido bastante fuerte, se froto suavemente, sin querer le había gritado a su joven esposo que su dinero era más sensual que él, había mentido un poco, pero él la había enojado, pues la misma noche de su boda había estado con otra chica.

El fin de semana había llegado, había amanecido frio, así que Serena se coloco una jean, una blusa blanca, un suéter de lana rosa y un gorro del mismo color y una pequeña flor bordada en el.

Salió a respirar el aire frio que seguro enfriaría sus pulmones, casi muere de un infarto al escuchar la voz de Seiya.

-Mina me mando a traerte, esa chica piensa que yo trabajo para ella –indico recostado en la baranda de las escaleras, Serena ni lo había notado por haber salido rápido.

-hola –dijo con una sonrisa cálida.

-¿estás bien? –pregunto este
Mejor que tu, sí, eso creo, quiso decir –mejor que nunca –fue lo que dijo, ella tratando de disimular su apeno, pero había leído todo la noche una historia de amor y la chica con su carisma había hecho al ogro feliz, así que en este caso ella era la chica y Seiya el ogro. Bonito parecido a ogro, claro los ojos, la piel, el rostro, el cabello y su cuerpo no parecía un ogro, pero su carácter si lo era.

-vamos que te esperan –dijo este y bajo las gradas antes que Serena, Serena bajo una a una despacio y dando de saltitos, Seiya volteo a verla, esa chica sí que era extraña. Estaban por llegar al estacionamiento cuando una dulce voz hizo girar la vista de Serena y Seiya.

-Seiya, que bueno verte, ¿a dónde vas? –pregunto la pelirosa, como siempre colgándose del cuello de Seiya.

-de campamento –dijo sin más, Serena se quedo allí parada junto a él. La chica pelirosa se percato de su presencia y giro a verle.

-¿Qué, es tu nuevo juguetito? –pregunto, Serena negó con su cabeza rápidamente, este sonrió y alejo a Rini.

-solo tú eres mi juguetito –indico con una sonrisa sádica y camino delante de Serena, ella le siguió, Rini se quedo allí parada viendo como se iba Seiya y Serena, entre cerro la mirada y seguramente por su mente pasaron muchas cosas y no todas eran buenas.

Amy, Mina y Yaten estaban en el auto, llevaban muchas cosas dentro del auto.

-lo siento pero ya no caben –dijo Mina sacando su cabeza por la ventanilla, las demás cosas están en tu auto Seiya, lleguen rápido no se queden muy atrás –grito y Yaten puso en marcha el motor y desapreciaron.

-¿que fue eso, a donde vamos y como nos iremos? –indico Serena, pues no tenia auto y Mina la había abandonado. Además como que viajar con Seiya no le parecía buena idea, aunque el chico se había comportado amable ella empezaba a creer que estando mucho tiempo juntos el terminaría por ahorcarle.

-acostúmbrate a esa loca, hace lo que se le da la gana y no pido opinión, aléjate mientras pueda –indico Seiya abriendo la puerta del auto. Serena sonrió como tonta, Seiya decía cada cosa y no sabía si reír o llorar.

-¿es tu auto? –pregunto Serena, era un auto negro deportivo, seguro su padre moriría al ver que ella se subiría a ese auto.

-sí, ¿no te gusta? –Pregunto Seiya, subiendo – ¿bienes o te quedas? –pregunto desde adentro. Serena recordó la historia que había leído, haría todo por aniquilar al dragón y librar al ogro, claro era matar al dragón y salvar la princesa, pero en este caso sería al ogro.

-bueno –dijo y subió al auto, tenía un rico aroma a limón, habían cestas sobre el sillón de atrás, aunque también paso por su mente aquellas películas de miedo que veía, que tal si Seiya era un asesino y Mina su cómplice, claro en lo que ella maquinaba toda una nueva historia Seiya ya iba a mitad del camino, era un camino montañoso, además hacia mucho frio y de momento recordó, que Seiya le había dicho a Rini que irían a acampar, ella no había llevado nada, solo ese pequeño suéter que haría que muriera de frio durante la noche. Además y ¿el helado y su pez?
-debo regresar –dijo y Seiya volteo a verla, es a caso que ella le temía.

-deje solo a Bony –pero al ver que Seiya le vio extrañado completo –mi pez, el pez que me diste, se morirá sin comida –Seiya freno. Serena tenía algo que él había perdido y era la inocencia.

Al rato iban por el mismo camino, pero esta vez iba en las piernas de Serena el pececito, encantado porque también saldría a pasear.

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Espero te haya gustado, nos veremos pronto!!!!!