Cuando nace el amor

[wenkou]

wow muchas gracias Andre tus palabras me llenan mucho, pues cuando escribimos lo mas que queremos es plasmar cosas que a todos en algún momento nos han pasado y cuando comentas con ese entusiasmo, siento que mas de algo estoy haciendo bien, Gracias!!

Mechas, que gusto que te guste leer y que hayas seleccionado mi escrito como algo interesante, me encanta leer también, leo de todo un poco pero me encantan los libros de caballería, y aunque no es de caballería hace poco leí la muerte se perfuma de Juan Antonio Canel, Gracias por leer, ya saben que sus comentarios mejoran mi escritura, así que ustedes comenten jajaja.

CAPITULO II parte II

Después de mi corto saludo dejo la segunda parte de la segunda parte.

Su caminar tan seguro, sus ojos claros como ninguno y una sonrisa a flor de piel, el alma llena de orgullo con un carácter siempre tan suyo y una manera de querer.
Dayron y el Boom

-yo iré por el –dijo Yaten a entender la mirada de Mina, habían prometido alejarlo del licor que había sido su refugio en estos dos meses.

-¿cómo te llamas? –pregunto Mina muy amable.

-Serena Tsukino–respondió la chica, era hermosa, pero muy sencilla, el tipo de pueblerinas que no soportaban la vida de la universidad.

-¿te has arrepentido de venir? –pregunto Mina.

-me da un poco de miedo, pero mi meta es estudiar –respondió certera.

-ya sabes, como dicen, no es lo mismo decir que hacer –dijo Mina subiendo los hombros.

-¿cómo te llamas tu? –pregunto Serena.

-Mina Aino –respondió esta alegremente, al parecer le gustaba su nombre.

En ese momento de platica llego Yaten con Seiya, le había costado un mundo convencerle que fueran a desayunar primero, recién había amanecido y era lunes.
Seiya llego mal encarado, Yaten arruinaba su diversión.

-mira Yaten, ella es Serena Tsukino, Serena él es mi novio Yaten –presento Mina.

-es un placer –dijo Serena dándole la mano a Yaten.

-el placer es mío, Serena, el es mi amigo Seiya –presento Yaten a Seiya, a Serena le pareció un hombre muy guapo, con unos rasgos poco comunes.

-mucho gusto Seiya –dijo Serena amable, viendo a los ojos aquel chico. Seiya también vio aquellos ojos inocentes, su pureza de distinguía de todas las demás, esa mirada que le recordaba la inocencia de un pasado frustrado, Seiya asintió y camino hacia las gradas, los chicos se impresionaron al ver su gesto, Seiya era de todo, pero jamás descortés y menos con una chica que apenas y conocía. Serena se quedo helada ante la reacción de ese chico.

-perdónalo, no está muy bien de la cabeza –susurro Mina, haciendo sonreír a serena.

-no te preocupes, seguramente lo espante –dijo Serena sonriendo
-no, es que Seiya es especial –aseguro Yaten y guiño el ojo. Yaten tenía unos hermosos ojos verdes que encantaban, pero esos ojos eran únicamente para Mina.

-pero vamos, ¿en qué edificio estas? –pregunto Mina, le ayudarían a llegar sana y salva a su dormitorio.

-aquí dice N4, no sé que signifique –respondió.

-¿en serio?..., que bien, en ese edificio estoy yo –dijo Mina tomando la mano de Serena.

El día había logrado transcurrir, el decano había hecho que la fiesta terminara, la bienvenida de los nuevos no era sino hasta el viernes, el día soleado se había convertido en lluvioso, caía la lluvia en pequeñas gotas constante, Serena ya se había instalado en el dormitorio, pero quería conocer la universidad, se puso unos jean ajustados y una pequeña blusa rosa, una sandalias del mismo color esa era su ropa más cómoda, visito las canchas de futbol, ella era mala para el futbol, habían canchas de basquetbol, también era mala para el basquetbol, el lugar era grande, lástima que jamás había sido buena para los deportes, la lluvia había encerrado a casi todos los estudiantes en sus dormitorios, pero a ella la lluvia la había hecho escabullirse por los alrededores, corrió del salón de las canchas hasta el salón donde no sabía que había una piscina.

Se empapo de la lluvia, pero logro llegar, era un lugar amplio, abrió la puerta que conectaba con la piscina, el agua se movía pero no emitía sonido, ella se acerco de apoco, el agua estaba cristalina, se imagino que si ella pudiera nadar, en ese momento se hubiera lanzado, se acerco mas, lentamente, cuando de momento de la nada salió la cabeza de un hombre, se tomo de la orilla y respiro agitado, ella regreso apresurada, desde la esquina lo observo, era el tipo que le había hecho mala cara, aunque estaba guapo, quizá si fuera más amable ella hubiera creído que era un ángel, su pelo caía húmedo sobre su rostro. Ella sacudió su cabeza y salió del lugar.

Cuando la lluvia inicio a caer, Seiya había decidido ir a nadar, era uno de sus pasatiempos favoritos, aunque había dejado las competencias, eso ya no era para él, mientras nadaba había sentido que alguien le acompañaba, pero al final vio a su alrededor y sintió lo mismo de siempre, estaba solo, como lo había estado toda su vida.

La noche había llegado, Seiya estaba sentado frente a su computadora, con una hoja de papel y lápiz en su mano.

Querida Michiru

Sé que ha pasado mucho tiempo, que cada día que pasa sufro mas, pero si el pago de este sufrimiento es tu regreso, no importa cuento tenga que sufrir lo acepto.
Ya nada tiene sentido para mí en este lugar, si tu no está la gente se hace nadie, si tú no estás aquí el aire no es suficiente.
Te amo, te extraño, me estoy portando bien, esperando tu pronto regreso.
Tuyo, Seiya.

Todas las noches la carta para aquella mujer que extrañaba como a ninguna, se preguntaba una y otra vez que había sucedido, a veces se daba cuenta que a ella poco le importo decirle adiós, pero luego pensaba de nuevo e imaginaba que era porque ella quería que él fuera fuerte. Y de momento en su mente el cruce de aquella mirada inocente, se había portado como un patán, pero es que esa mirada le había impactado, sacudió su cabeza, ahora no, otro pensamiento ya no…

La puerta de su habitación sonó, giro sobre su silla de escritorio y vio que la perilla giraba, frunció el ceño, paso el portal de la puerta una silueta delicada, con cabellos largos y una sonría sensual, Seiya se sonrió, camino hacia el sin decir nada y lo beso, Rini siempre había estado enamorada de Seiya, no importaba como o donde ella le demostraba a el que no sería igual a esa mujer que lo hizo sufrir, ella le entregaría todo e incluso le hacía ver que con el amor de ella era suficiente para la relación, pero no todo sale como se piensa, no todo regresa por el mismo camino, así que en ocasiones perdemos.