Mis padres cuando le dije que quería ser electricista me miraron con cara rara. Debo reconocer que ellos tenían pensado en mí otro tipo de trabajos. Quizás los habituales que se dan en las clases de primaria de los colegios, olvidándose sin embargo de otros trabajos que también requieren una preparación y una formación profesional como es el del electricista. Llevo tiempo trabajando en este sector, y en todo momento me he sentido a gusto con esta labor, creo que está hecho para mí, porque puedo ayudar a la gente que está en problemas con sus averías y reparaciones y además, estoy con la electricidad, que siempre me ha parecido algo magnífico que ha creado el hombre, o que al menos, ha aprendido a manejarla.