LOS QUE TE ROBAN LA VIDA


En mi opinión, nuestro bien más preciado –porque no se puede comprar más y no se puede recuperar- es la vida. Por costumbre, la llamamos también “tiempo”, y hacerlo así es perjudicial ya que el tiempo lo entendemos como algo distinto, como algo que no estuviese relacionado directamente con la vida, sino con el reloj.

Hay ladrones de vida a los que les consentimos que lo hagan. Es más, incluso colaboramos con ellos para que lo hagan. Y lo hacen con tanta impunidad que nos parece “normal” y reincidimos sin darnos cuenta.

La vida –ya lo he escrito muchas veces- es IRREPETIBLE e IRRECUPERABLE. Y mientras uno no sea capaz de integrar esto en su mente y su persona, mientras no integre con consciencia la dolorosa verdad que esto conlleva, seguirá derrochándola, malgastándola, perdiéndola.

Hay ciertos actos y ciertas actitudes que pueden estar perjudicándonos con el robo imparable de vida que nos aportan.

APRENDER A DECIR NO. O a decir SÍ cuando es SÍ lo que se quiere decir. Mandar en la propia vida y no consentir que sean otros quienes se encarguen de obligarnos a hacer lo que no queremos o lo que nos es perjudicial. Gobernar. Dirigir. Disponer. Usar la asertividad.

EVITAR DISTRACCIONES que nos aparten de vivir. Los pasatiempos, los matarratos, la apatía, las obligaciones que no son obligatorias, los compromisos indeseados, las responsabilidades de otros que nos traspasan… hay muchas cosas que nos roban la vida.

EL CONTROL DEL TELÉFONO, del correo-e, del whatsapp, de internet, o de las redes sociales, es importante. Sobre todo en el caso de que tras varias horas en cualquiera de esas distracciones nos quede la sensación triste de que “hemos perdido el tiempo”. No hemos perdido el tiempo, hemos perdido una parte de nuestra IRREPETIBLE e IRRECUPERABLE vida.

EL DESORDEN es un pequeño enemigo pero no hay que menospreciarlo. El orden nos puede evitar perder mucha vida buscando lo que no encontramos porque no sabemos dónde está. Además de que el orden externo se contagia al orden interno, lo mismo que pasa con el desorden.

EXIGIR PUNTUALIDAD. Y, por supuesto, ser puntual. Nadie tiene derecho a llegar injustificadamente tarde a una cita haciéndonos perder o malgastar una parte de nuestra vida en esa espera innecesaria.

ODIAR, NO PERDONAR, SUFRIR INNECESARIAMENTE… este tipo de cosas hacen que una parte de nuestra vida sea un bucle en el que derrochamos vida y más vida dándole vueltas al mismo asunto y sin avanzar, regodeándonos en el sufrimiento, martirizándonos y amargándonos la vida. Hay que empezar a ser más comprensivos y valorar la vida que perdemos no siéndolo.

LAS PERSONAS TÓXICAS, AMARGADAS, NEGATIVAS, PESIMISTAS, QUEJUMBROSAS, PROBLEMÁTICAS... no aportan nada positivo y nos contagian su malestar, su acidez, su negrura, y nos dejan sin alma, agotados, contaminados, pesimistas. Conviene deshacerse de ellas y de su influencia, y dedicar ese tiempo a ser feliz.

LAS TAREAS INNECESARIAS, lo que no aporta placer o alegría, todo aquello que es autodestructivo… nos hace perder la vida y no nos aportan nada satisfactorio a cambio. O sea que salimos perdiendo con ello.

LOS PENSAMIENTOS RUMIANTES, REPETITIVOS, NEGATIVOS.

LOS ENFADOS DE NUESTRO EGO HERIDO.

La vida es para ser vivida y no para perderla.

La vida es un tesoro personal, y conviene que no sean los otros quienes tienen la llave, quienes pueden gastarla, quienes nos obligan a hacer cosas que no nos apetece hacer o que nos son contraproducentes.

En muchas ocasiones, decir NO a los otros es decir SÍ a uno mismo.

Te dejo con tus reflexiones…

Francisco de Sales


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