Causas, síntomas y tratamiento

Los senos paranasales se tratan de dos espacios lleno de aire en el cráneo que se sitúan por detrás de la frente, las mejillas y los ojos. Cuando estos se inflaman como consecuencia de una infección provocada a su vez por un virus, una bacteria o un hongo, aparece lo que se conoce como sinusitis.

Causas
Esta enfermedad tan conocida suele estar asociada a alguna de las siguientes situaciones:

Dentro de los senos paranasales existen pequeños vellos cuya principal misión es expulsar la mucosidad. Si estos no funcionan correctamente puede aparecer la sinusitis.

Igualmente, los resfriados y las alergias pueden provocar que el organismo produzca mayor cantidad de mucosidad o incluso que se bloqueen la abertura de los senos paranasales.

Por último, un tabique nasal desviado, un espolón óseo nasal o pólipos nasales pueden ser la causa de un bloqueo en la abertura de los senos paranasales.

Tipos
Por otra parte, la sinusitis puede dividirse en dos tipos en función de la duración y la gravedad con que se presente. Así, se puede denominar:

Sinusitis aguda: cuando los síntomas permanecen un mes o menos. Generalmente está causada por bacterias.

Sinusitis crónica: cuando la hinchazón y la inflamación de la zona dura más de tres meses. En este caso suele estar provocado por bacterias o incluso un hongo.


Factores de riesgo
Como muchas otras enfermedades existen varios factores o circunstancias que pueden aumentar el riesgo de sufrir, en este caso, sinusitis:

Rinitis alérgica o fiebre del heno.

Fibrosis quística.

Enfermedades que afectan a vellos que se encuentran en el interior de los senos paranasales.

Cambios de altitud.

Adenoides grandes.

Tabaquismo.

Sistema inmunitario debilitado por enfermedad o tratamiento.

Síntomas
Entre los síntomas de una sinusitis aguda destacan:

Mal aliento o pérdida del sentido del olfato.

Tos durante el día pero, sobre todo, durante la noche.

Fatiga y sensación de malestar generalizado.

Fiebre.

Dolor de cabeza.

Congestión y secreción nasal.

Dolor de garganta y goteo retronasal.

Estos síntomas serán igualmente los que presenten los pacientes con sinusitis crónica, con la diferencia de que los que presenten estos últimos serán más leves.

Diagnóstico y tratamiento

Para diagnosticar esta enfermedad será suficiente con un examen físico, aunque también pueden solicitarse pruebas de imágenes u otras muy diferentes como pruebas de alergia, análisis de sangre o cultivos.

En cuanto al tratamiento, cabe destacar que en la mayoría de los casos la enfermedad desaparece por sí sola sin necesidad de ningún medicamento, aunque puede recurrirse a los antibióticos para ayudar a acortar el proceso y aliviar los síntomas. Igualmente, si lo considera oportuno, el médico puede recomendar otros tratamientos en función de cuál sea la causa que provoca la sinusitis. En algunos casos, además, resulta imprescindible la cirugía para acabar con el problema y mejorar la calidad de vida del paciente.

Prevención
Sin duda alguna, según los especialistas, la mejor forma de prevenir la aparición de la sinusitis es evitando o, al menos, tratando precozmente y de forma eficaz la gripe y los resfriados llevando una alimentación adecuada, recurriendo a la vacuna si se encuentra dentro de la población de riesgo o llevando unos hábitos higiénicos adecuados. Igualmente, ayudará evitar el humo y los contaminantes, hidratarse adecuadamente, tratar las posibles alergias de forma correcta y utilizar un humidificador si es necesario.