Mientras los operadores del sector justicia no se pongan los pantalones, esto va a continuar así. La pena de muerte está vigente en Guatemala, pero la ultima vez que se aplicó fue en el 2000. Es hora de desempolvarla y así como los sicarios amenzan con que "si no entregan el dinero van a pagarlo", que esta lacra de la sociedad pague con sus vidas, desde los ejecutores materiales hasta los intelectuales. Estos desgraciados se están metiendo con nuestra niñez y el Estado está obligado a protegerla de la manera más drástica. Qué pasó con la mano dura?