Es lamentable lo sucedido con el jóven Kevin Díaz, vapuleado cobardemente por un grupo de hinchas rojos por llevar la camisola de su equipo Comunicaciones. El hecho, que ocurrió ayer domingo antes del encuentro, cegó la vida del aún menor Kevin Díaz, quien hoy habría estado festejando su cumpleaños número 18.

Además de encontrar y castigar a los culpables de este salvaje ataque, es indispensable que se aplique una severísima sanción contra los equipos cuyos hinchas actúan como cafres dentro y fuera del estadio. Creo que la vida de un inocente jóven guatemateco es suficiente motivo para que el cuadro escarlata sea penalizado bajándolo de división como amedrentamiento a todos aquellos vándalos que quieran en el futuro comportarse como animales salvajes al ver una camisola contraria.

Esperemos que las autoridades apliquen una sanción ejemplar para evitar nuevas tragedias y que la muerte de este muchacho no sea en vano.

Necesitamos caballeros que sepan ganar y perder en las porras de los equipos, no mareros estúpidos descerebrados que solo entienden con piedras y palos.