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ID: 892

El “piloto educado” del bus de la ruta 72… Conozca su historia.

El autor de esta fotografía abordó un bus de la ruta 72 frente a Meta mercado, en dirección al Periférico e inició su trayecto como cualquier ciudadano en bus urbano, con los riesgos que todos en este transporte corremos.

Al abordar la unidad, pagó su pasaje y le llamó la atención la educación del piloto, quien lo recibió con un “buenos días”, en cuanto extendió su mano para pagar el pasaje (que por cierto fue de Q1 y no más como otros regularmente acostumbran fin de semana).

De allí en adelante su conducción del bus era tranquila, no iba peleando pasaje con otra unidad y, en un punto del recorrido ya en el Periférico… el bus se detuvo en una parada.

Una dulce abuelita que abordó el bus de la ruta 72, a quien el piloto del bus esperó pacientemente hasta que se sentara para seguir el recorrido del bus.

Educado y paciente

Adelante se subieron dos señoras. Una de ellas era una abuelita ya entrada en los años de la sabiduría y con pasos dificultados y ayudándose con un bastón, pagaron su pasaje y caminaron para buscar acomodamiento en uno de los pocos asientos disponibles.

Pasaron unos minutos y el bus no se movía del lugar y nadie más subía, pero nadie bajaba de la unidad de transporte. Inquieto por lo irregular del asunto, el autor de esta foto, Byron, se acercó al piloto (pues iba sentado justo detrás de él) y le preguntó “mire, por qué no nos vamos ya…?” y el piloto se respondió “ahorita nos vamos, solo que la señora logre sentarse”.

Seguidamente el piloto -que hasta allí solamente veía por el espejo retrovisor- se volteó y preguntó “ya se acomodó la señora…?” cuando el resto de pasajeros respondió que sí, este piloto continuó su viaje por Periférico.

Al ver esto, el autor de esta fotografía se admiró de su proceder y se lo hizo saber al piloto, felicitándolo por ser un piloto especial y educado… porque no es común que un piloto de bus sea cortés, educado y paciente, aunque haya sus excepciones como el de esta historia, y le pidió permiso para tomarle una foto “y para qué usté…?” le dijo el piloto. “Para contarle a los demás que hay gente como usted” le respondió.

Cuando llegó el momento de bajar del bus, las señoras seguirían en su recorrido, y el piloto le dijo a mi amigo indicándole hacia dónde debía caminar y cuántas cuadras; no suficiente con ello, le dijo “cuando regrese, puede tomar el bus allá del otro lado… no hay pierde”.

Amigo lector: Una publicación distinta a las demás, como esta que hoy le comparto, es para demostrar que todavía hay guatemaltecos que hacen bien su trabajo y un poco más. La misma Biblia nos enseña a dar una milla extra cuando alguien nos pide algo; este piloto de bus es la excepción a la regla de lo que la sociedad lastimosamente nos ha mostrado en las calles de Guatemala donde vemos pilotos con expresiones vergonzosas, con una forma de conducir que da miedo y que no muestran el mínimo respeto por las mujeres y menos por las personas de la tercera edad.

Guatemaltecos como este piloto de bus hacen una Guatemala distinta y sus actitudes son dignas de compartir, pero más que eso, son la esperanza que las cosas pueden cambiar.

De este piloto que, según la fotografía, conduce la unidad 241 de la empresa EGA y de quien no sabemos su nombre, es digno de la admiración y respeto de sus compañeros de trabajo y de quienes abordan diariamente un bus en el recorrido de la calzada San Juan.

En resumen, felicitaciones porque gente como él hace el cambio en Guatemala.